sábado, 30 de enero de 2010

Que me jures que no te vas a ir jamás de mi lado...


Eran las diez de la mañana y miró al otro lado de la cama esperando verlo ahí, dormido o mirándola, pero se equivocó; no había nadie, sólo estaban las sábanas arrugadas,su manta, su cojín y su almohada, nada más. A ella se le cambió la cara y dijo:
-No, otra vez no por favor…
Pensó que se había marchado como la última noche que durmió con él pero no, se volvió a equivocar otra vez. Vio como él entraba en la habitación con una bandeja. Ella rió y dijo:
-Haber con qué me sorprendes hoy, ¿qué traes ahí?
-Un delicioso desayuno, cielo.
Cielo, le encantaba que la llamara así porque él era su nube preferida.
-¡Oh! Pero qué detalle.
-Es lo menos que te mereces cariño, por todo lo que te he hecho pasar.
En la bandeja había dos tazas de café con un plato lleno de galletas con mantequilla, él sabía que ese era su desayuno preferido.
-Eres un cielo, no seas tonto y ven aquí.
Él se acercó, pero en su cara se mostraba algo de tristeza y ella se dio cuenta.
-¿Qué te pasa? ¿Por qué tienes esa cara?- le dijo.
-Porque no te merezco, eres demasiado buena y bonita para mí, yo en cambio soy un inútil y un cabrón que te ha dejado tirada miles de veces y me arrepiento de ello.
-Por ahí se empieza cielo, por arrepentirse. Yo ya lo olvidé todo, eso forma parte del pasado y ahora estamos en el presente, aquí, tú y yo solos.
-Vale, entonces, ¿me perdonas?
-Claro que sí, pero con una condición.
-Sí, claro la que tú quieras.
-Que me beses y que me jures que no te vas a ir jamás de mi lado.
-Jamás cielo, jamás me voy a volver a marchar, jamás verás la cama vacía, jamás volverás a leer alguna nota mía diciéndote que te he vuelto una vez más a dejar, jamás.
-Gracias, eres el mejor. Y ahora bésame y probemos este desayuno que tiene demasiada buena pinta.
-Sí, pero con una condición.
-Claro, ¿cuál?
-Que después hagamos el amor y que me beses hasta que el sol desaparezca.
-Eso está hecho, haremos el amor hasta que tú, mi nube, disfrute lo suficiente del cielo.

2 comentarios:

  1. Sólo espero que el cielo mantenga su palabra. A veces creemos que poseemos una paciencia infinita pero tarde o temprano la presa que la sostiene acaba por reventar.
    Gracias por tus comentarios.
    Besos!

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Dime si sentiste algo al leer las palabras que salieron de mis labios. Puedes conseguir que sonría.