viernes, 23 de julio de 2010

Hay cosas, que merecen ser pintadas.




Los domingos por la mañana, John cogía las llaves del coche y sin decir nada a nadie se marchaba. A veces tardaba mucho en llegar donde él quería, simplemente porque no le llenaba lo que veía, hasta que llegó al lugar, se acercó a tocar la area, que era lo primero que hacía y esa arena era fina fina, como a él le gustaba. A continuación fue subiendo poco a poco la cabeza y vio una playa magnífica, agua cristalina, rocas en las que rompía las olas y ni un alma, que era lo que más le gustaba, que sólo estuviese él; así la disfrutaba más. Miró el reloj de mano y dijo : "no perderé más el tiempo" fue hacia el coche y abrió el maletero, de allí sacó su paleta de pintura, los pinceles, la pintura y el atril. Se puso cerca del mar y comenzó a pintar como todos los domingos por la mañana.




1 comentario:

  1. Sí, lo he echo yo, aunque no ha pasado exactamente eso, nose si me entiendes xD esta echo por un motivo pero lo que he escrito no ha pasado :)
    Y me gusta lo que has escrito! Me encantaría hacer lo mismo que John.

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Dime si sentiste algo al leer las palabras que salieron de mis labios. Puedes conseguir que sonría.