jueves, 8 de julio de 2010

rizitos de oro.


Arantxa, como todas las mañanas se levanta con su camisón azul que le regaló su chico y va directa al baño. Allí abre el grifo y se echa agua en su cara blanca y pecosa, se peina y a sus rizitos de oro, como su madre le decía le echó también agua para que estuviesen bien rizaditos. Al terminar fue a la cocina a prepararse un tazón de leche con cereales mientras leía el libro que se compró en el mercado, que decía así : " Querer, es poder"; ese libro a ella le llenaba de vida y de valor, cuando quería algo pero no se atrevía a conseguirlo o a hacerlo cogía ese libro y así conseguía todo lo que se proponía. Arantxa aparentaba ser una adolescente frágil pero en realidad era más fuerte. A las cinco en punto sonaba el timbre y allí estaba él, esa personita que quería tanto y que también gracias a él se llenaba de fuerzas, gracias a sus consejos, abrazos, besos y su presencia. Él la quería demasiado, llevaban tres años juntos y cada mes, cada día, la quería un poquito más. Y con su amor se van a Francia de viaje, con sus billetes de ida. Quizás os preguntéis ¿y el de vuelta? pues ellos no conocen ese billete, cuando se deciden a viajar, se quedan para siempre en el lugar donde decidieron ir. Así que a ella, la morena de los rizitos de oro y a su amor, nadie le volvió a ver el pelo.

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