-¿Qué?¿ por qué dices eso?
-Por la forma que tienes de mirarme, y creo que cuando nuestras manos se rozaron en el salón fue porque tú quisiste que se rozaran.
-¿Pero qué dices? me conoces de dos días ¿y me estás diciendo tú que te miro de una forma u otra y que si te rozo es porque quiero algo contigo? sinceramente, das pena chaval.
-Venga nena, no disimules que ya te he pillado.
-¿Que ya me has pillado? lo que vas a pillar es la puerta gilipollas, pero serás payaso-rió.- ¡Príncipe azul ni qué cojones!- dijo empujándolo hacia la puerta y cerrándola en sus narices.
jajaja, ¿sólo la puerta? oh, dios, yo mínimo le enseñaba el camino a las estrellas (y eso que soy muy pacífica). No te imaginas cuántas veces me ha pasado eso... (dile hola a tu seguidora número 150) :)
ResponderEliminarQue mal, yo le hubiera dado tremendo puntapie para que piense bien lo que dice.
ResponderEliminarme has recordado mucho a mis cartas para el principe "no" azul en Patito de Goma, añoro ese blog que me acercó tanto a vosotros.
ResponderEliminar(¿lo recuerdas?) jajjaaj
(ahora me has creado melancolía xD)
jajaj los chicos se creen que por un simple roce ya estamos locas por ellos... que ingenuos!
ResponderEliminarJejeje. Y lo malo es que algunos tienes razón. ;)
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