los extremos nunca fueron buenos.

era de esas chicas que pasaban desapercibidas por la calle, una transeúnte más que no llegaba a los ojos de nadie, era invisible, pero porque ella así lo creía, así lo quería. fue como una especie de magia pero sin serlo, se proponía algo, y de tantas ganas que tenía lo lograba sin darse cuenta.

el mundo dejó de mirarle hasta llegar a los extremos. los extremos nunca fueron buenos, pero una vez llegó a ellos, no supo girar hacia atrás y volver hasta el principio. todos creían que estaba loca. pero se equivocaban. rumoreaban tantas cosas
que hasta ella se levantó un día sin saber quién realmente era, y qué quería de ella misma. no sabía qué era aquello que la metía en una burbuja y la situaba en una esquina del mundo. solo fue un día que deseó ser libre y que las miradas de las personas ajenas no le pesasen en la espalda, solo fue un maldito día que se convirtió en una pesadilla para siempre.
estaba sola, en un mundo rodeado de gente. solo le quedaba aquellos muñecos que le hablaban antes de dormir, y que le repetían una y otra vez que no estaba loca, que los locos eran ellos.