Sé que tiemblan porque teme que suene, aunque lo esté deseando. Sus dedos se balancean por la taza que arde en la mesa. Volvió a despistarse en la cocina ¿eh?
Mira a su alrededor con intención de encontrar algo. Vuelve su mirada hacia aquél aparato que sigue igual: quieto, sin respiración alguna.
Mira a su alrededor con intención de encontrar algo. Vuelve su mirada hacia aquél aparato que sigue igual: quieto, sin respiración alguna.
Un balanceo más, y decide probar el café. Vuelve a buscar algo en aquellas cuatro paredes. Se levanta, la estantería la espera. Sus dedos pasan por todos los libros y sonríe. Coge de entre ellos una libreta con una etiqueta escrita a mano que grita <<(nuestro) pequeño diciembre>>. La tristeza que sale de sus ojos y esa caricia sobre aquellas letras me susurran que es a esa persona a la que espera. Y las horas me aclaran que seguirá esperando durante mucho tiempo.
Los meses siempre llegan.
ResponderEliminarPero de los "nuestro diciembre" o mayo, o abril o como quieras, solo tenemos unos cuantos en la vida. Por eso hay que esperar, con paciencia y una sonrisa.
Me gustó mucho la entrada, escribes fenomenal (:
ResponderEliminarTe invito a pasarte por mi blog http://le-reve-couleur.blogspot.com/ Saludos!!