Éramos diferentes, yo era más de nosotros, más de mirarte mientras dormías.
tú eras más de llegar por la madrugada, más de flores sin pétalos.
Éramos diferentes, el café de por las mañanas te hervía dentro de la taza, a mí el frío de los huesos me lo enfriaba.
Los buenos días princesas dejaron de tener sentido cuando apenas te veía al amanecer.
Reíamos juntos a ratos. Yo lloraba sola, a ratos también, o incluso a tu lado aunque no te enteraras.
También supe hacerme la dormida, como cuando te quejabas de la vida y de quien ocupaba tu cama, y por la mañana me sonreías, y yo solo veía vacío entre tus dientes.
Éramos diferentes, yo era más de hacerte el amor, mientras tú...
Precioso.
ResponderEliminarme encanta. en las relaciones siempre pasa eso, uno es más del otro, y el otro es mas suyo.
ResponderEliminarSaludos de la chica de los chicles, que espera no tener que hacerse nunca la dormida