No veía color, no podía verlo.
Era una especia de nube gris que estaba ante mis ojos y no pretendía irse.
Y así durante mucho, tanto que olvidé qué había detrás de aquello y no quería recordarlo.
No veía color, y llegué a aquel punto que jamás quise querer llegar. Llegué a aquel punto en el que no me importaba no ver nada más que aquello que veía: gris, una especie de nube gris que estaba ante mis ojos y no pretendía irse.
Y así, durante mucho.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Dime si sentiste algo al leer las palabras que salieron de mis labios. Puedes conseguir que sonría.