le escribía con los ojos y la pensaba con las manos.
imaginaba su sonrisa detrás de aquellas páginas, donde
alguna vez se perdió.
y es que no hay mar más bonito que el de las letras que
salían de su boca. y qué mar, y qué olas.
y como todo mar: ahogaba.
arrasó con todo lo que tenía delante, y siempre delante, estaba yo.
Hay muchas cosas que ahogan y desbordan, y cuando vas delante, solo queda resistir, y dejar que las inundaciones pasen sin que lleguen a las últimas consecuencias. Luego se ve más claro todo.
ResponderEliminarUn besito :)