me preguntó si había vuelto a escribir,
sabiendo que después de ese abrazo
tendría que hacerlo.
le contesté que no,
que la vida me sonreía más
y no tuve la necesidad: mentí.
y no me creyó, pero me sonrió,
volviéndome a abrazar, y susurrándome:
todo va a salir bien.
ella sabía que no.
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Dime si sentiste algo al leer las palabras que salieron de mis labios. Puedes conseguir que sonría.