viernes, 16 de julio de 2010

Hacer feliz a los demás no sienta mal.


Pí,pí,pí, Blanca al escuchar píar a su pajarito ya sabía que eran las diez en punto de la mañana. Se acercó a Blanco ( le puso ese nombre porque es el único que le hace compañía las 24 h del día)
y lo acarició para que dejara de piar, que ya estaba despierta. A continuación se dirigió al armario y cogió el pantalón gigante de rombos negros y verdes, los zapatos más gigantes aún rojos y amarillos una camiseta de lunares amarillos y negros, una corbata de rombos rosas y negros, una peluca rizada de colores, un gorro de rombos negros y rosas y por último y más importante: la nariz de payaso verde. Fue para la cocina, y de un armario sacó dos bolsas de basura llena de cosas y con la otra mano cogió a su pajarito Blanco y se fue.
Cuando llegó donde ella quería llegar, allí estaban todos esperándola, impacientes y con una sonrisa de oreja a oreja que a ella le hacía casi llorar. Se acercó a ellos y le sacó todo lo que tenía en las bolsas de basuras, eran regalos para ellos, para los niños con Síndrome de Down y también comida. Los niños empezaron a gritar de alegría y todos fueron hacia Blanca y le dieron un gran abrazo, Blanca como todos los días, emocionada empezó a decir : "¡bueno chicos y ahora me vais a tener que escuchar un ratito!" los chicos se sentaron en el suelo y ella, empezó a contar historias alegres y a hacer lo imposible para ver a esos chicos una vez más sonreír.

5 comentarios:

  1. Que hermoso!
    Lo mejor que hay en la vida es hacer reir y provocar sonrisas :)

    Beso Parisino(h)

    ResponderEliminar
  2. Ya decía yo que la belleza de las chicas lindas tiene su origen en su corazón

    ResponderEliminar
  3. ¡Qué bonitas debieron ser las sonrisas de esos niños! :)

    Un besito color púrpura

    ResponderEliminar

Dime si sentiste algo al leer las palabras que salieron de mis labios. Puedes conseguir que sonría.