Hacía pompas de jabón para olvidar, era algo que hacía desde pequeña y funcionaba; durante unos minutos, pero funcionaba. Se perdía en los bosques para averiguar la magia que había escondida debajo de las piedras, y en ellas, comía una manzana por cada lágrima derramada.
- ¿Sabes?- me dijo con voz triste-mi abuela siempre me decía que nunca mezclara lo dulce con lo salado, y aquí estoy yo, dando bocados a esta manzana y mezclándola con mis lágrimas.
Y en ese momento, sin pensarlo dos veces, la abracé.
Me gustan muchos tus relatos, ojala un dia ppueda escribir como vos :)
ResponderEliminarMuchos besos
Qué buena entrada! ♥
ResponderEliminarA mí me gusta hacer pompas de jabón:)
ResponderEliminarUn beso, y un abrazo:)
qué razon tenía esa abuela
ResponderEliminary que bonitas son las pompas de jabón en medio de un bosque
¿Y cuando no tienen razón las abuelas?
ResponderEliminarYo también te sigo, me ha encantado tu blog :)
Besos de lima-limón.