¿Dónde dejaste esas ganas de comerte el mundo?

Tu mirada seca y tus arañazos en el brazo izquierdo me lo decían todo. Sí, sé que nunca te hablé del tema, ni te pregunté qué cojones te pasaba. Quizás el motivo de esos arañazos era yo ¡vete tú a saber! tampoco quería descubrirlo ni hacerte hablar amenazándote con una navaja en el cuello. Sólo quería una cosa; que confiaras en mí. Que de tus labios salieran las palabras, que tu corazón necesitase hablar conmigo. Sé que hay veces que crees que con la miradas lo dices todo pero no cariño ¿sabes? con éstas se dice el 1% de las cosas, pero hay que acompañarlas siempre con palabras sino, no sirve de nada. Me da pena verte siempre sola y amargada, pero no porque nadie te quiera sino porque tú quieres eso, una vida en blanco y en negro. Ya no te acuerdas ni de tu risa, ni siquiera del lunar que tienes en el lado derecho del ojo; tu favorito, ya no te miras al espejo, ni te peinas esa melena que tanto te gustaba, sólo haces mirar a la nada y pudrirte poco a poco. ¿Qué carajo te está pasando? dime ¿dónde dejaste esas ganas de comerte el mundo? ¡Contéstame joder! ¿¡por qué me haces esto, por qué te haces esto!?

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