viernes, 29 de abril de 2011

Había dejado de existir para el mundo.

Tocaba la guitarra como si se tratase del cuerpo de Mónica, a veces si lo observabas bien podías ver cómo la acariciaba. En sus ojos había nostalgia y melancolía y también unas enormes ganas de llorar. Lo había abandonado y él había dejado de existir para el mundo, su única compañía era la soledad y su guitarra. Su vida aunque lo niegue depende de ella; su corazón late lento y se va apagando poco a poco si ella no está a su lado, si ya no forman un nosotros. No quiere oír de labios ajenos que con el tiempo la olvidará porque no joder, porque cuando alguien está metido tan al fondo de tu corazón no sale tan fácilmente.

3 comentarios:

  1. Glupsss, yo no creo demasiado en el olvido, sí en que nos acabamos adaptando a lo que venga (qué remedio!) ojalá pudiésemos ser felices solos y acompaña2 :) gracias por tu comentario! Pasar por el puente de Rande es genial!! Ya me gustó desde la primera vez que lo vi (amor a primera vista;) biquiñossss

    ResponderEliminar
  2. (mi nombre escrito por alguien ajeno me ha sonado raro rarísimo, pero me ha encantado un montón la entrada. hay chicos tristes tocando la guitarra en las andanas del tren, yo les doy un poquito de mimos y se calman)

    ResponderEliminar
  3. que lastima! cuando un amor a sido tan intenso y se acaba... después es muy difícil recuperarse.
    (me encanta tu blog y te sigo desde ya)
    Un besazo! :)

    ResponderEliminar

Dime si sentiste algo al leer las palabras que salieron de mis labios. Puedes conseguir que sonría.