Colocaste tus manos sobre el cristal con aire de tristeza. Te marchabas de la ciudad que te vio crecer, así lo decidiste, decidiste decir un adiós definitivo montando en aquel autobús y nadie te lo impidió. Aún no sabías dónde ir, tampoco sabías qué sería de ti, sólo tenías algo claro: querías ser feliz.
:) Me encanta todo lo que escribes!
ResponderEliminarPuede ser que se dea cuenta de que la felicidad no está donde piensa
ResponderEliminarTerminó mucho mejor de lo que podía esperarme :)
ResponderEliminarMe gusta eso que tenía claro, es lo mejor que hace!
pues adelante :)
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