sábado, 9 de julio de 2011

En 1999, Londres.

Sophie trabajaba en una empresa de helados, se pasaba el día empaquetando helados para que después niños repelentes se lo comieran y ella –por no engordar– ni los probaba. Era una mujer morena de piel, delgaducha de 43 años. Tenía los ojos verdes y achinados, es más, a veces la confundían con una china (lo cual no le hacía ni una pizca de gracia). Siempre lleva el pelo recogido con un moño perfecto, siempre tuvo predilección por su pelo y por los pelos en general. Antes de meterse en la empresa de helados quería ser peluquera, pero nadie la contrató y al tener poca paciencia se metió allí. Era una mujer de pocas palabras, una mujer seria y sin paciencia alguna. Sólo mantenía conversaciones largas con su hijo Paul y con su querido Daniel: sus dos motivos para sonreír.




concurso 187

4 comentarios:

  1. Quizás algún día consiga su sueño de ser peluquera, sólo tiene que ser persistente y no conformarse con vender helados :)

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  2. Anónimo9/7/11, 8:15

    Mientras que no renuncie a trabajar de peluquera, aún cabe la posibilidad de que pueda llegar a serlo.

    Me ha encantado ♥

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  3. Tiene que seguir luchando por su sueño, no tiene que rendirse e irse por el camino más facil... espero que lo consiga pero para eso tiene que tener las ganas. Que lindo es el amor de un hijo con una madre (L)..
    un abrazo. me encantó el texto!

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Dime si sentiste algo al leer las palabras que salieron de mis labios. Puedes conseguir que sonría.