Un valse sonaba desde el salón mientras ella daba saltos por el pasillo, no se había levantado con el pie izquierdo y eso le gustaba. Tras bailar se metió en su habitación y se inundó de las palabras que salía del libro que estaba en su escritorio. Sonreía con más ganas cuando se despertaba con ganas de vivir y no de morir en el intento.
A mí hoy más que la tinta de las letras, sobrevuelan mi cabeza, aterrizando con armonía (espero...) los tintes de pelos! O.o
ResponderEliminarUn muás ;)
Eso, a disfrutar de la vida que es muy corta!
ResponderEliminarAunque, al fin y al cabo todos tenemos el mismo final.
es que el despertar hace que el día sea de determinado color... aunque luego los imprevistos puedan venir y darle la vuelta a todo, mejor despertarse "con ganas de vivir y no de morir en el intento"...
ResponderEliminarbesos!!
Los días en los que te levantas con ganas de vivir son increíbles, sientes que puedes hacer cualquier cosa :)
ResponderEliminarUn beso!
tendríamos que aprender a levantarnos con esas ganas de vivir.
ResponderEliminaryo últimamente me levanto mucho así :)
ResponderEliminarno todos entienden ese concepto.
ResponderEliminarbellisima entrada.
muchos besos reina :)
Yo también odio levantarme con le pie izquierdo, tengo esa manía :/
ResponderEliminarUn beso(L)