cuando escribía cartas debajo de ese gran ventanal que inundaba el salón. cuando en ellas escribía de él, de sus sentimientos y de qué quería cambiar. "es una carta para mi yo" contestaba a las personas entrometidas y a las que realmente les importaba. y es que eso era, ni más ni menos ni intermedio. eso. una carta con un principio y un final, pero con una finalidad que él quiso crear, que quiso conseguir. y así se lo propuso. y así lo logró.
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Dime si sentiste algo al leer las palabras que salieron de mis labios. Puedes conseguir que sonría.