quisiste desde siempre tener la misma excusa para fumarte un cigarrillo como para poder decir una palabra ante ella. eras de esos que no prometían, de esos que amaban a pleno pulmón pero sin quererlo. no fuiste nunca de duro, aunque esos cigarros y la barba de dos días te lo hacían parecer.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Dime si sentiste algo al leer las palabras que salieron de mis labios. Puedes conseguir que sonría.