podía sentir las caricias en su espalda, el paseo de sus dedos por su cuerpo y las respiraciones entre cortadas. se fue hace tiempo el olor de las sábanas pero los recuerdos no.
fueron tantas las carcajadas, los desayunos y amaneceres, que aún recuerda el brillo de sus ojos como si la última vez que lo hubiera visto fuese ayer.
Por Dios, qué dulce.
ResponderEliminarY sin embargo, ya no está.
Recuerdos felices, en muchos momentos demasiados dolorosos.
ResponderEliminarUn relato con mucho sentimientos, me gusta :)