domingo, 5 de junio de 2011

Siempre pensé que tú y el verbo olvidar iban de la mano.

Te olvidaste las caricias en mi espalda y la dulzura en mis pupilas, la camisa de cuadros que te compró -según tú- tu madre. Te olvidaste las carcajadas en la sala de estar y ahora, las escucho a todas horas. Te olvidaste los besos en las esquinas de cada habitación. Te olvidaste la tarrina de helado que comíamos juntos en el sofá, la colección de películas que me regalarías por mi cumpleaños, las palomitas sin hacer en el microondas. Te olvidaste los discos de vinilo de The Beatles, esos que me hacía llorar y tú me abrazabas fuerte. Te olvidaste de mí y de aquella nota que prometiste dejar y que no dejaste.

4 comentarios:

  1. que duro ha de ser vivir algo así, algo que se ha olvidado del todo y que costará horrores de olvidar.

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  2. te leo y siento como duelen esos olvidos...
    besos!!

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  3. Claro que sentí algo al leer esto, me dieron ganitas de llorar, las despedidas son muy cruel y mas cuando no puedes darlas :S
    pero la vida sigue y no vale la pena estar triste.

    Te saluda Jota Pao Tan Jodidamente Cordial

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Dime si sentiste algo al leer las palabras que salieron de mis labios. Puedes conseguir que sonría.