sábado, 30 de julio de 2011

Abrigos gordos y botas altas.

Las luces de los edificios eran las únicas que alumbraban la ciudad, yo, las miraba con los ojos como platos. Era precioso. Y la Luna allí arriba, observando los errores de los transeúntes, las sonrisas de los más pequeños y de los más mayores. El viento llega, y viene acompañado de susurros y de temblores en las costillas, de abrigos gordos y de botas altas. Y también -espero- de buenos momentos.





7 comentarios:

  1. Me encanta la foto de cabecera, y bonito texto :) Me miraré el concurso, a ver si participo. ¡Besos!

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  2. la luna siempre tan curiosa y nosotros tan ignorantes de ella :)

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  3. Hermoso! Hermoso! Me encantan este tipo de descripciones, con tanto sentimiento y bien escritas :D

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  4. Ya me apatece ponerme mis botas altas. ;)

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  5. Perdóname porfavor, es que estoy de vacaciones y me paso muy poco, solo para compartir mis "escritos de verano".

    Me encantan tus textos, sobretodo estos cortitos que lo único que transmiten son sensaciones y no historias. Sigue escribiendo porque tienes futuro, y solo la gente que veo que te sigue, te comenta y les gusta lo que haces son testigos de lo que digo.

    Me pasaré a la que pueda y muchas gracias :)

    Jan.

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  6. La luna, siempre espectante a lo que ocurre a su alrededor :)
    Un relato precioso, como siempre^^

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Dime si sentiste algo al leer las palabras que salieron de mis labios. Puedes conseguir que sonría.