Mientras esperas a que esté listo miras por el gran ventanal que pusiste con Jeick años atrás.
Y suspiras. Con aire de melancolía. Abres el armario y coges un vaso para servirte un zumo de naranja. Pet te mira desde abajo y maulla, sabes que quiere que lo acaricies y dejas el vaso sobre la encimera y te sientas con él en el suelo. Te empuja para que le acaricie más veces y ronronea. Ay pequeño Pet, dices de pronto. Tú nunca me fallas ¿eh?
Pet es adorable, al igual que tú al escribir estos relatos que tanto me gustan :)
ResponderEliminarUn besazo, bonita!
Una entrada muy tierna.
ResponderEliminarQue tierno
ResponderEliminarSe agradece tenerlo al lado
ResponderEliminarQue bonito :)
ResponderEliminarLos animales de compañía siempre están ahí, son incondicionales^^
Un beso enorme!
Pet es una monada ^^ Lo mejor de los animales es que te quieren incondicionalmente pase lo que pase mientras tu no les hagas daño. No son como nosotros, menos mal que no.
ResponderEliminar