viernes, 2 de septiembre de 2011

The Diary.

Se escuchó el sonido que se producía cada vez que alguien salía o entraba de la biblioteca, lo cual llamaba la atención a todos y miles de ojos se dirigieron a Helena, con curiosidad. Ella miró al suelo, nunca había visto a tantas personas en aquel lugar y sus miradas la incomodaron. Andaba mientras miraba las converses rojas que calzaba, hasta que llegó al lugar donde quería ir: la cuarta estantería a la izquierda nada más entrar a la biblioteca, la cual se llamaba "The Diary". Allí se encontraban diarios viejos de personas que los abandonaban en la calle o allí mismo, encima de cualquier escritorio. Era la estantería que más la interesaba. Desconocidos escribiendo para alguien que nunca tuvo ese escrito en sus manos y que quizá no es consciente de que está aquí. Desconocidos escribiendo sobre sus problemas, aquellas cosas que los atormentan día a día, aquello que los hace sufrir, ser infeliz. Desde las diez de la mañana Helena leía muchas historias de personas sin rostro, de personas que quizás se han sentado alguna vez al lado de ella en el bar de los sábados y ambas ni se imaginan que ella, Helena, sabe tanto sobre ese ser lleno de secretos.

5 comentarios:

  1. Me resulta esto muy curioso :)

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  2. Ojalá que la biblioteca de mi pueblo tuviera esa parte de ''The Diary''
    Por cierto seguro que Helena vestía muy bien, lo digo por sus converse! :3

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  3. Helena es sin duda una chica afortunada, en una de esas que conoce a un chico especial con un diario lleno de frases bonitas para dedicarle.

    (besos)

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  4. Saludos cordiales.

    Muy bueno..!

    Atentamente
    Erick Bojorque

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  5. No me importaría ir a biblioteca y leer libros así :)
    Un abrazo!

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Dime si sentiste algo al leer las palabras que salieron de mis labios. Puedes conseguir que sonría.