esa rutina escalofriante que me levantaba con los ojos húmedos y con el corazón medio apagado.
las luces de las farolas dejaron de brillar en mi vida,
me acostumbré a una vida más gris que blanca, más gris que negra.
perdí la cuenta de las veces que te eché de menos y ahora lo hago por inercia.
-que no puedes ver si no tienes cuenta-
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Dime si sentiste algo al leer las palabras que salieron de mis labios. Puedes conseguir que sonría.