lunes, 27 de junio de 2011

¿sabes, pequeño saltamontes?

Contabas del uno al diez mientras saltabas a la pata coja, vivías en una burbuja, en tu burbuja. Sólo a veces te hacía daño en el corazón los problemas del mundo, otras veces ni te percatabas de ello. Te miraban raro por esas razones, te gritaban la palabra inmadurez pero tú seguías en tu burbuja, saltando, haciendo círculos en tu pelo con el dedo índice. Sabías perfectamente qué pasaba ahí a fuera pero no querías verlo, es más cuando te preguntaban por qué te era indiferente todo, siempre decías lo mismo: " ¿sabes, pequeño saltamontes? no me es indiferente todo esto que me rodea, simplemente no quiero ver cómo monstruos como tú destruyen mi mundo poco a poco." y ponías fin a la conversación metiéndote una vez más en tu burbuja.






(eras dulce, tu voz lo decía, pero no te gustaba que te tocasen las narices aquella pandada de monstruos, como tú lo llamabas)

6 comentarios:

  1. Pues yo creo que debería salir fuera, cargarse una espada en la mano, y atacar a esa pandada de monstruos hasta dejarlos hechos polvo (polvo de estrellas, para que por lo menos así hagan bien en el mundo)

    ResponderEliminar
  2. A veces eso es lo mejor, encerrarte en tu burbuja, aislarte de la dura reealidad :)

    ResponderEliminar
  3. que no se rompa! puede doler

    ResponderEliminar
  4. Concuerdo con el comentario anterior, pero creo que no hay que perder el realismo también.

    ResponderEliminar
  5. yo también hago eso, me meto dentro de mi esfera y de allí no salgo.

    ResponderEliminar
  6. que triste realidad esta, la nuestra, con un mundo de contaminación (no solo atmosférica) y la incultura que aparece en muchas mentes. Parece que volviésemos a la edad media, donde solamente unos cuantos poseían el don del saber.
    Ahora que podemos no lo queremos, y antes que no podíamos todos lo querían. Es extraño como se contraria el ser humano, por suerte queda gente en burbujas que aún pueden salir y cambiarlo todo.
    Gente como la de esta lindísima historia.
    Besos de purpurina, alicia.

    ResponderEliminar

Dime si sentiste algo al leer las palabras que salieron de mis labios. Puedes conseguir que sonría.