domingo, 30 de octubre de 2011

Eso de vivir en una burbuja no siempre es bueno.

En el mismo instante en el que la venda se te cae de los ojos, rozándote a cámara lenta las comisuras de los labios, el pecho, la mano izquierda al evitar que acabara en el suelo. Justo en ese instante, es cuando más te dolió la realidad, o más bien cuando comenzó a dolerte de verdad. Eso de vivir en una burbuja no siempre es bueno, te decía. Tú, con esa cara tan masculina me sonreías, y me besabas en la frente. Yo suspiraba, deseando que abrieras los ojos por ti y después por mí. Dejé de decirte esa frase y fue cuando entonces se te cayó. <> me dijiste. Y fui yo ahí la que te dio el beso en la frente y te metí entre mis brazos, susurrándote un lo siento al oído. Eso, los errores, las caídas, el creer en las personas y sus palabras fue lo que te hizo hoy un hombre, un hombre bien fuerte, pero con sentimientos, siempre con ellos.

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